El sacrificio de aprobar un máster

La huella administrativa no puede perderse, entre otras cosas, porque es la base para las acreditaciones oficiales de los títulos

Estrella, nombre ficticio, no quería entregar su trabajo fin de máster (TFM) en la segunda convocatoria, la de septiembre, porque creía que no estaba perfecto. Llevaba todo el curso perfilándolo y cuatro meses concentrada de manera exclusiva en su elaboración. Lo sé porque, como tutora de su TFM, recibí muchos emails con esquemas, borradores parciales y totales, dudas o correcciones. Cuando después de varias tutorías virtuales y presenciales la convencí para que presentara el trabajo, entregó cuatro copias, una para cada uno de los tres miembros del tribunal y una cuarta para la universidad.

Pudo hacerlo porque en su expediente aparecían todos los pagos realizados y aprobadas todas las asignaturas previas del máster con las actas académicas debidamente firmadas y cerradas. Sin ello es administrativamente imposible formar un tribunal. Tribunal que, por supuesto, hubo que convocar de manera oficial. Del mismo modo que, una vez celebrado, hubo que levantar acta y entregarla en los servicios administrativos de postgrado de la universidad.  Leer artículo completo en eldiario.es